MARSHALL MCLUHAN
- teodecom
- 11 ago 2015
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Herbert Marshall McLuhan nació el 21 de julio de 1911 en Edmonton, Alberta, Canadá. Estudió la licenciatura en letras y la maestría en artes en la Universidad de Manitoba, también ubicada en Canadá. El título de la tesis de maestría que presentó en 1934 fue George Meredith as a Poet and Dramatic Parodist. Marshall McLuhan se doctoró a los 31 años de edad en la Universidad de Cambridge, y en su tesis doctoral, The place of Thomas Nashe in the learning of his time, analizó la obra del dramaturgo inglés Thomas Nashe (1567-1600). En 1936 McLuhan inició su carrera académica, desempeñándose como profesor de literatura inglesa en la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos). Un año después, en 1937, fue contratado en la Universidad de Saint Louis, en Missouri, Estados Unidos. Curiosamente ese mismo año McLuhan decidió convertirse al catolicismo -la Universidad de Saint Louis es administrada por jesuitas-. En esa universidad además conoció al jesuita Walter Ong (1912-2003), quien también destacó en el estudio de las tecnologías de información. El 4 de agosto de 1939 contrajo matrimonio con Corinne Lewis, en Fort Worth, Texas. Corinne, directora de teatro y profesora, falleció el 4 de abril de 2008, en Toronto, Canadá, a los 95 años. En 1951 McLuhan escribió su primer libro: The mechanical bride. Folklore of industrial men. En ese libro propuso una interesante analogía: entender al automóvil como una especie de novia sustituta del clasemediero estadounidense. El automóvil precisamente representa “la novia mecánica”.
The mechanical bride. Folklore of industrial men, sin duda alguna admite ser considerado como una valiosa contribución de la ecología de medios al estudio de la llamada “folk comunicación” –campo de investigación en las ciencias de la comunicación en el cual han destacado las aportaciones de académicos e investigadores brasileños, principalmente.
José Marques de Melo, uno de los más destacados investigadores de las ciencias de la comunicación en América Latina, en un reciente libro, Entre el saber y el poder. Pensamiento comunicacional latinoamericano (2007), advierte el interés de McLuhan por abordar temas que son objeto de estudio de la “folk comunicación” (2007:177): “El mediólogo canadiense Marshall McLuhan (1951) ha debutado en el escenario intelectual norteamericano, a mediados del siglo XX, con la publicación del libro The Mechanical Bride. En ese libro él ha cumplido la tarea de explicar la génesis de la cultura de masas, cuando los medios han configurado los sentidos de la sociedad norteamericana. Su investigación ha tomado como referencia los anuncios publicitarios y las piezas de entretenimiento (comics, cinema, televisión) difundidos por los diarios y revistas periódicas. Estaba implícita la idea de que el hombre industrial, viviendo en las periferias de las megalópolis, se ubica en una cultura de masa anclada en tradiciones populares”. En el primer libro de McLuhan además es posible advertir la influencia de F.R Lewis, quien precisamente introdujo a McLuhan al estudio de la ecología cultural. En 1952 McLuhan obtuvo una cátedra en el St. Michael's College de la Universidad de Toronto, en Canadá, donde trabajó con Harold Innis, quien con su libro Imperio y comunicación indudablemente influyó en McLuhan, quien permaneció en esa institución hasta 1979. Durante ese periodo dictó cátedras y conferencias en un gran número de universidades.1 En 1953 Marshall McLuhan y el destacado antropólogo Edmund Carpenter fundaron la revista Explorations, con recursos de la Fundación Ford. El último título de Explorations fue publicado en 1959. A partir de 1960, en la antología Explorations in Communications,publicada por la editorial Beacon Press y editada por Edmund Carpenter y Marshall McLuhan, fueron recuperados algunos de los textos que inicialmente se habían publicado en la revista Explorations. En 1959 McLuhan se convirtió en director del Proyecto de Medios de Comunicación de la Asociación Nacional de Radiodifusión, y la Oficina de Educación del Departamento de Salud, Educación y Bienestar de los Estados Unidos. El reporte final de ese trabajo -Report on Project in Understanding New Media-, el cual fue publicado en Nueva York por la National Association of Educational Broadcasters y la Oficina de Educación del Departamento de Salud, Educación y Bienestar de los Estados Unidos, le permitió a McLuhan reunir la información necesaria para escribir el libro Understanding Media: The Extensions of Man. En 1962 McLuhan escribió su segundo libro: The Gutenberg Galaxy. The making of typographic man. Ese libro, publicado por la Universidad de Toronto, le permitió obtener el prestigiado reconocimiento “Governor General's Award for critical prose”. En 1964 McLuhan publicó con la editorial McGraw-Hill Book Co., el libro Understanding Media: The Extensions of Man. Ese libro rápidamente fue convertido en un “best seller” y ha sido traducido a más de veinte idiomas.2 En Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano, es posible ubicar las tesis centrales del pensamiento de McLuhan. Ese mismo año la Universidad de Toronto publicó el primer libro de la antología Voices of Literature, el cual incluyó notas y comentarios de McLuhan, quien además ingresó en 1964 a la Royal Society (Canadá). En 1965 fue publicado el segundo libro de la antología Voices of Literature,el cual de nueva cuenta consignó sus notas y comentarios. Durante la década de 1960, McLuhan publicó un total de 8 libros: La Galaxia Gutenberg (1962); Exploraciones sobre la Comunicación (con Edmund Carpenter, 1962); Los medios de comunicación como extensiones del hombre (1964); El medio es el masaje (1967);Exploraciones verbi-voco visuales (1967); A través del punto de fuga; el espacio en la poesía y la pintura (con Harley Parker, 1968); Guerra y paz en la aldea global (con Quentin Fiore, 1968); y Contraexplosión (1969). Herbert Marshall McLuhan sin duda alguna admite ser considerado como uno de los escritores más representativos de la década de 1960, tiempo de exploración, compromisos y búsqueda. Si McLuhan fue convertido en una celebridad durante la década de 1960, en la década de 1970 paulatinamente pasó al olvido. A mediados de esa década, afirma Harrocks (2000:21): “la fama de McLuhan había llegado a cuotas máximas, y durante el resto de la década su popularidad e influencia se fueron debilitando. Había sobreexpuesto su obra en los medios de comunicación y se había convertido en una personalidad (apareció incluso en la película Annie Hall, del director Woody Allen, en 1977)”. McLuhan, a pesar del delicado estado de su salud, mantuvo un intenso ritmo de trabajo. En la década de 1970 escribió los libros From Cliché to Archetype, con Wilfred Watson, publicado por The Viking Press; el tercer libro de la antología Voice of Literature, el cual de nueva cuenta incluyónotas y comentarios de McLuhan (1970). En 1972 escribió el libro Take Today: The Executive as Drop Out, con Barrington Nevitt, publicado por la editorial Longman Canada Limited Harcourt Brace Jovanovitch, Inc. En 1973 fue designado consultor de la Comisión Pontificia de Comunicación Social del Vaticano. En 1977 publicó el libro City as Classroom: Understanding Language and Media, con Kathryn Hutchon y Eric McLuhan –uno de sus seis hijos: Eric, Mary, Teri, Stephanie, Elizabeth and Michael-, con la editorial The Book Society of Canada Limited. Su último libro: Autre homme autre chrétien à l'âge électronique –Del ojo a la oreja-, lo escribió con Pierre Babin y fue publicado por la firma S.J., Lyons: Editions du Chalet. En 1979 Marshall McLuhan sufrió una embolia cerebral que le apartó definitivamente de sus actividades académicas.3 En los últimos meses de vida sufrió la cruel ironía de ir perdiendo paulatinamente cada una de sus capacidades para comunicarse con los demás. Marshall McLuhan –es justo reconocerlo-, admite ser considerado como auténtico visionario de las comunicaciones digitales, y representa el obligado punto de partida para emprender la interpretación de las acciones comunicativas que hoy realizamos a través de complejas interfases. Marshall McLuhan murió en Toronto, Canadá, el 31 de diciembre de 1980, sin poder presenciar el despegue de Internet -el “medio de comunicación inteligente”-, el cual finalmente impediría su olvido. 2 McLuhan y la academia latinoamericana de comunicación
En América Latina no pocos académicos e investigadores de las ciencias de la comunicación pretendieron restar validez a las tesis de McLuhan, a quien consideraban un pensador “funcionalista y pragmático”.
Los cuestionamientos a la obra de McLuhan, fundamentalmente ideológicos, se han extendido a nuestros días. Al amparo de un “humanismo equivocado”, que en la enseñanza de las ciencias de la comunicación en América Latina básicamente reconocía como horizontes explicativos al marxismo y la teoría de las mediaciones, los cuestionamientos y descalificaciones a las tesis de McLuhan fueron frecuentes. La descalificación a las tesis de McLuhan procedía del negligente cuestionamiento a la tecnología.
Jesús Martín-Barbero, por ejemplo, ha calificado a las nuevas tecnologías como “una de las peores modas que penetraron en las escuelas de comunicación de América Latina (…) una de las modas más alienantes y dependientes” (Marques de Melo. 2007:241). Con respecto a la forma como los investigadores de las ciencias de la comunicación en América latina han abordado la cuestión tecnológica, José Marques de Melo (2007: 236-237) afirma: “Es necesario hacer dos observaciones en cuanto a la cuestión tecnológica. Primero, el comportamiento de rechazo o de resistencia a la tecnología, que demuestra una tendencia de reflexión nostálgica y refractaria. Segundo, la ausencia o la precariedad de instrumentos tecnológicos como base del aprendizaje de los procesos y mecanismos de comunicación colectiva. En el primer caso, la actitud antitecnológica reproduce un modo de pensar y actuar que se convierte en humanismo equivocado, prácticamente rescatando el temor demoníaco de la máquina, registrado en los principios de la revolución industrial en Europa. La técnica es considerada algo que se opone a la naturaleza humana y no como un producto de la creación del hombre para agilizar la actividad productiva y aliviar a los trabajadores de tareas repetitivas y embrutecedoras. Se confunde técnica con tecnicismo (…). Tal oposición, clasificada como “humanista”, ha sido la causa de la conservación de un espectro intelectual, dentro de las escuelas de comunicación, que rechaza la técnica, aislándola a los ínfimos espacios de la codificación verbal y combate inclusive a la naturaleza industrial de los procesos de comunicación colectiva. En verdad, se trata de la permanencia de aquel recelo “apocalíptico” (Umberto Eco) que identifica a los medios de comunicación colectiva una tarea tribal y banalizadora, destinada a reducir a los individuos a la condición de autómatas culturales”.
En México, uno de los primeros cuestionamientos a McLuhan corrió a cargo de Carlos Monsiváis, quien en Días de Guardar –su primer libro, publicado en diciembre de 1970-, incluyó el texto “México a través de McLuhan. Proyecto de guión radiofónico a manera de sketch, homenaje al espíritu didáctico de la carpa”. No sin cierta ironía, en el referido texto Monsiváis afirmó: “Marshall McLuhan. Síntesis tan breve como falsa como inevitable como rudimentaria: Marshall McLuhan, profesor y pensador canadiense. Sus teorías, acerbamente originales, sospechosamente aplicables a cuanto cabe entre cielo y tierra, se han difundido a través de un medio para él obsoleto: la imprenta. Sus libros básicos: (The Mechanical Bride, The Gutenberg Galaxy, Understanding Media, The Médium is the Message, War and Peace in the Global Village, Verbo Voco Visual Explorations) lo han situado bajo la peligrosa luz cotidiana de los mass media. Profeta de la era electrónica, se ha visto homologado con Einstein, descendido a farsante, ascendido a genio, rebajado a simulador”. (Monsiváis. 1988: 364):
A los cuestionamientos a McLuhan se sumaron destacados periodistas, como Manuel Buendía: “Personalmente he disfrutado mucho –debo confesarlo ante ustedes- esos congresos de comunicología en que los Maculan (SIC), los Moles, los Eco, los Aranguren, los Schramm y otros, vienen como los antiguos conquistadores a llevarse nuestro oro a cambio de espejitos y cuentas de vidrio. Y esto de llevarse nuestro oro es literalmente cierto. Antes de la devaluación, el señor Marshall Maculan (SIC) dio una conferencia en el ISSSTE, por la cual cobró diez mil dólares a cambio de una exposición que no se ciñó al tema anunciado y que tampoco era un texto original, sino un refrito de algo que había venido diciendo desde hace meses por Estados Unidos, Canadá, Francia y otros países”. (Buendía. 2003:65).
Afortunadamente Eulalio Ferrer Rodríguez –destacado publicista-, y Carlos Fernández Collado -reconocido investigador de la comunicación organizacional, hoy rector de la Universidad de Celaya-, advirtieron la importancia que con el paso de los años llegarían a adquirir las tesis de McLuhan en las ciencias de la comunicación. Eulalio Ferrer incluso publicó algunos ensayos de McLuhan en Cuadernos de Comunicación.4
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